SOMBRAS EN LA RED

Los peligros ocultos de las Redes Sociales

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SOMBRAS EN LA RED

Los peligros ocultos de las Redes Sociales

Hoy en día, vivimos en una época que depende en gran medida de Internet. Ha cambiado nuestra forma de trabajar, de comunicarnos e incluso de socializar. Con el avance tecnológico desmedido, claro, tiene beneficios, pero también vienen nuevos riesgos y peligros. Ésta es la era tecnológica con muchos pros y contras; su impacto ya se percibe en el comportamiento y la salud de la sociedad y en especial de los niños y adolescentes.

El uso excesivo de las redes sociales puede provocar efectos contraproducentes aun en niños, jóvenes y adultos: aislamiento social, distorsión entre el mundo real y virtual, falta de atención hacia otras actividades, depresión, ansiedad, problemas de salud y fracaso escolar.

En el siguiente texto analizaremos el estado actual del fenómeno, la tendencia, las consecuencias y su influencia en la sociedad que deberías conocer.

Este trabajo pretende analizar el estado actual del fenómeno, la tendencia y si influencia en la sociedad; además advertir y concientizar tanto a los padres de familia como a los jóvenes, sobre los peligros de esta adicción y la urgencia de tomar medidas preventivas.

La adicción a las redes sociales

En la era digital, las redes sociales se han vuelto una necesidad y conforman un rol importante en cómo nos relacionamos con otros. Las redes sociales, sin duda alguna, facilitan a los usuarios la comunicación sin importar distancia, permitiendo compartir momentos cotidianos, así como conocer lo que ocurre en cualquier rincón del mundo o de tu hogar. Sin embargo, el internet no es el problema, por paradójico que parezca. El mundo moderno nos empuja a una obsolescencia programada del hombre donde se olvida de su verdadera trascendencia, y olvidarnos de Dios y pretendiendo imponer la religión del "dataísmo".

Las redes sociales se han convertido en una parte esencial de la vida moderna, especialmente entre los jóvenes. Aunque estas plataformas ofrecen múltiples beneficios, también presentan riesgos significativos, con información y contenidos erróneos y mal intencionados, que, si no estamos alerta, nos puede llevar a tomar malas decisiones. En los últimos años, ha surgido una preocupación creciente sobre la adicción a las redes sociales y su relación con el aumento de los índices de suicidio entre los adolescentes y jóvenes adultos.

En la era digital en la que vivimos, las redes sociales son parte significativa de nuestra vida diaria haciendo uso compulsivo y excesivo de plataformas como Facebook, Instagram y TikTok que nos permiten conectarnos con amigos, familiares y el mundo en general. Sin embargo, esta conexión constante no está exenta de riesgos. Uno de los más preocupantes es la dependencia emocional a las redes sociales y la necesidad constante de recibir "me gusta", comentarios y otras formas de validación.

· Dependencia emocional: La trampa de la validación digital

La validación digital, es decir, la búsqueda continua de "me gusta" y comentarios positivos, puede crear una trampa emocional. Los algoritmos de las redes sociales están diseñados para captar nuestra atención y mantenernos enganchados, a menudo, a expensas de nuestra salud mental. La necesidad constante de recibir retroalimentación positiva puede llevar a:

  • Baja autoestima. Las personas comienzan a medir su valor personal en función de la cantidad de "me gusta" y comentarios que reciben. Esto puede disminuir significativamente su autoestima, especialmente si no alcanzan las expectativas autoimpuestas.
  • Ansiedad y depresión. La falta de interacción positiva en las redes sociales puede causar sentimientos de ansiedad y depresión. Las comparaciones con la vida aparentemente perfecta de otros usuarios pueden agravar estos sentimientos, fomentando un ciclo de insatisfacción y tristeza.
  • Aislamiento social. Aunque las redes sociales están diseñadas para conectar a las personas, pueden tener el efecto contrario. La interacción superficial puede sustituir las relaciones profundas y significativas, llevando a una sensación de soledad y aislamiento.

Estadísticas alarmantes

Un estudio realizado por la Royal Society for Public Health (RSPH), en el Reino Unido, encontró que 70% de los jóvenes de entre 14 y 24 años creen que las redes sociales afectan negativamente a su bienestar mental. Además, un informe de la American Psychological Association reveló que el uso excesivo de redes sociales está asociado con un aumento de 13-66% en los síntomas de ansiedad y depresión en adolescentes y adultos jóvenes.

Falsas aspiraciones

Las redes sociales a menudo presentan una versión idealizada y filtrada de la vida de las personas. Este fenómeno, conocido como "FOMO" (Fear Of Missing Out), o miedo a perderse algo, puede llevar a los usuarios a establecer metas y aspiraciones poco realistas basadas en las vidas aparentemente perfectas que ven en línea.

La constante exposición a estas imágenes idealizadas puede:

  • Desencadenar sentimientos de inadecuación. Compararse con las vidas editadas de otros puede hacer que los individuos se sientan inadecuados o insuficientes.
  • Promover comportamientos poco saludables. En un intento por alcanzar estas aspiraciones irreales, algunas personas pueden adoptar comportamientos perjudiciales como la restricción alimentaria, el ejercicio excesivo o el gasto desmedido.

estrategias para combatir la dependencia

Para mitigar los efectos negativos de la dependencia emocional a las redes sociales, se recomienda:

  • Establecer límites. Limitar el tiempo diario dedicado a las redes sociales y desactivar las notificaciones puede ayudar a reducir la dependencia.
  • Buscar validación interna. En lugar de depender de la aprobación externa, es fundamental trabajar en la autoestima y la autoaceptación.
  • Fomentar conexiones reales. Priorizar las interacciones cara a cara y las relaciones significativas puede mejorar el bienestar emocional.
  • Hacer una pausa. Tomarse un descanso de las redes sociales puede ser beneficioso para la salud mental. Considerar la posibilidad de desconectarse por periodos determinados.

Es esencial recordar que la vida real es mucho más compleja y matizada que la versión filtrada que vemos en las redes sociales. La validación auténtica proviene del reconocimiento interno y de las relaciones genuinas, no de los "me gusta" y comentarios en una pantalla.

· Pérdida de tiempo: Invertir horas desplazándose sin un propósito claro el uso excesivo de las redes sociales puede resultar una pérdida significativa de tiempo, lo cual afecta la productividad, las relaciones personales y el bienestar general.

Estrategias para mitigar la pérdida de tiempo:

  • Establecer límites de tiempo: Utilizar aplicaciones o funciones integradas en dispositivos móviles que limiten el tiempo de uso diario de las redes sociales.

  • Programar períodos sin tecnología. Designar momentos específicos del día, como durante las comidas o antes de dormir, para estar desconectado de las redes sociales y otras tecnologías.

  • Eliminar notificaciones. Desactivar las notificaciones para evitar interrupciones constantes y revisar las redes sociales solo en momentos designados.

  • Priorizar tareas importantes. Utilizar listas de tareas y priorizar actividades que requieren mayor concentración y tiempo, dejando el uso de redes sociales como una recompensa al finalizar estas tareas.

  • Realizar actividades alternativas. Involucrarse en actividades que no requieran el uso de dispositivos electrónicos, como ejercicio físico, lectura, pintar, hacer ejercicio, o simplemente salir a caminar y respirar aire fresco para reducir el tiempo dedicado a las redes sociales.

  • Desintoxicación digital. Programar períodos regulares de desintoxicación digital, donde se evite el uso de redes sociales durante un día o más, para reducir la dependencia y mejorar la salud mental.

  • Educación y conciencia. Informarse y concientizarse sobre los efectos negativos del uso excesivo de redes sociales para desarrollar una conciencia crítica sobre su impacto y motivarse a reducir su uso.

· Negligencia de responsabilidades:

  • Descuido de estudios: El uso excesivo de redes sociales puede distraer a los estudiantes de sus tareas y estudios, resultando en un bajo rendimiento académico.

Estrategias para cumplir con las responsabilidades

  • Establecer prioridades. Como recomendación para los menores de edad se sugiere priorizar sus estudios y actividades escolares, antes de usar redes sociales. Usar las redes como una recompensa después de completar sus tareas.

  • Una estrategia para mitigar los efectos es que, supervisemos y establezcamos reglas claras sobre el uso de dispositivos y redes sociales. Fomentemos las actividades offline y tiempo en familia. Establecer límites de tiempo para el uso de redes sociales y utilizar aplicaciones que nos ayuden a controlar el tiempo que nuestros hijos y nosotros pasamos en ellas.

  • Afectar el trabajo. Pasar demasiado tiempo en redes sociales durante horas laborales puede disminuir la productividad y afectar negativamente el desempeño profesional.

  • Deterioro de relaciones personales. La adicción a las redes sociales puede llevar a la negligencia de relaciones personales importantes, ya que las interacciones en línea pueden reemplazar el tiempo de calidad con familiares y amigos.

Es importante reconocer los síntomas de esta adicción y buscar ayuda profesional si es necesario para recuperar un equilibrio saludable en la vida

· Ansiedad y estrés: Sentir ansiedad y estrés cuando no se puede acceder a las redes sociales es un fenómeno cada vez más común.

  • Dependencia y adicción. Las redes sociales pueden volverse adictivas debido a la constante necesidad de validación y la gratificación instantánea que proporcionan, pueden tener un impacto significativo en nuestra salud mental. La búsqueda constante de "me gusta" y comentarios positivos puede crear una dependencia emocional. Además, la gratificación instantánea que ofrecen puede llevar a una adicción, haciendo que sea difícil desconectarse.

  • Idealización de las vidas de los demás. En las redes sociales, las personas tienden a compartir los aspectos más positivos y emocionantes de sus vidas. Esto puede crear una imagen distorsionada de la realidad, donde parece que todos tienen vidas perfectas y sin problemas. Al compararnos con estas imágenes idealizadas, podemos sentir que nuestras propias vidas son menos satisfactorias o exitosas esto genera un Impacto en la autoestima, ver a amigos, conocidos o incluso celebridades logrando metas, viajando a lugares exóticos o simplemente pareciendo felices puede hacernos sentir inadecuados o insuficientes. Esta percepción puede llevar a sentimientos de inferioridad y baja Autoestima.

  • FOMO (Fear of Missing Out). El miedo a perderse algo (FOMO) es otro efecto común de la comparación social. Al ver las actividades y logros de los demás, podemos sentir que estamos perdiendo oportunidades o experiencias importantes. Este sentimiento puede llevar a una mayor insatisfacción con nuestra propia vida y decisiones.

  • Interrupción de la Rutina: Para muchos, revisar las redes sociales es una parte integral de su rutina diaria. No poder hacerlo puede causar una sensación de descontrol y ansiedad

Estrategias para Manejar la ansiedad y estrés por el uso de las redes sociales

Reducir el tiempo que pasamos en las redes sociales puede ayudarnos a disminuir la exposición a comparaciones negativas. Establecer límites diarios o tomar descansos regulares puede ser beneficioso.

Enfocarnos en lo que tenemos y en las cosas positivas de nuestra propia vida puede contrarrestar los efectos negativos de la comparación.

Elegir seguir cuentas que promuevan mensajes positivos y realistas puede mejorar nuestra experiencia en las redes sociales. Evitar cuentas que nos hagan sentir mal con nosotros mismos es clave.

Es importante recordar que las redes sociales no muestran la vida completa de las personas. Todos tienen altibajos y desafíos, aunque no siempre los compartan en línea.

Peligros de la adicción digital a temprana edad

En la era digital actual, el uso de dispositivos electrónicos y redes sociales se ha convertido en una parte integral de la vida cotidiana, especialmente entre los niños y adolescentes.

Un estudio realizado por Common Sense Media en 2022 reveló que los adolescentes pasan un promedio de 7.5 horas diarias en sus dispositivos, gran parte de este tiempo en redes sociales.

De acuerdo con el INEGI, en 2021, 88.6 millones de la población mexicana tenía acceso a redes sociales, lo que representó 75.6 % de la población entre los seis años de edad o más.

El uso excesivo de las redes sociales e Internet afecta la salud mental, y en este sentido, los adolescentes son los más vulnerables a volverse adictos a las redes sociales. Esta adicción afecta diferentes aspectos de sus vidas, como el interés por otras actividades, el rendimiento escolar o las relaciones con amigos y familiares. Las interacciones sociales y la adaptación de los jóvenes se ven afectadas a tal grado de provocar cuadros severos de ansiedad, perdida de seguridad personal y autoestima, lo que provoca que el único lugar seguro para ellos sea estar detrás de un monitor.

Según un estudio del Hospital Universitario IDIBAPS y la Fundación Clínic de Barcelona, menciona que la adicción a Internet puede estar relacionada con manifestaciones físicas y emocionales.

Algunos de los síntomas físicos del trastorno de adicción a Internet incluyen: dolor de cabeza, cuello o espalda, ojos secos u otros problemas de visión, síndrome del túnel carpiano (alteración de la sensibilidad o del movimiento de una parte de la mano debido a la compresión del nervio mediano), insomnio, cambio de peso por la pérdida de hábitos alimentarios y/o abandono de la actividad física y hasta de higiene personal (por ejemplo, no bañarse para seguir conectado).

Los síntomas emocionales del trastorno de adicción a Internet incluyen: deseo continuo de estar todo el tiempo conectado a Internet, euforia al usar el ordenador, ansiedad y tensión cuando no se puede utilizar Internet, sentimientos de culpa por el hecho de haber estado conectado más tiempo de lo deseado o no haber podido hacer una actividad que tenía prevista, aislamiento, inclusive, pensamientos suicidas o psicópatas.

Adición digital infantil

El uso excesivo de las redes sociales puede tener varios efectos negativos en los niños, incluyendo cambios en su capacidad para socializar y en su comportamiento:

  • Pérdida de habilidades sociales. Los niños que pasan mucho tiempo en redes sociales pueden tener menos oportunidades para interactuar cara a cara, lo que puede afectar su capacidad para desarrollar habilidades sociales básicas.
  • Cambios en el comportamiento. El uso excesivo de redes sociales puede llevar a comportamientos disruptivos, como la incapacidad para seguir normas o controlar la frustración.
  • Impacto en la salud mental. El uso constante de redes sociales puede afectar el estado de ánimo y la autoestima de los niños, especialmente si se comparan con otros o buscan validación a través de "likes" y comentarios.
  • Efectos en el cerebro. El uso excesivo de las redes sociales puede provocar cambios en el cerebro similares a los observados en otras adicciones. Por ejemplo:

Cambios anatómicos en el cerebro: Investigaciones de la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.) han identificado cambios en los volúmenes de materia gris en áreas específicas del cerebro, lo que puede afectar la capacidad de tomar decisiones y el control de impulsos.

Sensibilidad a recompensas sociales: Los adolescentes que usan redes sociales frecuentemente desarrollan cerebros más sensibles a las recompensas y castigos sociales, lo que puede influir en su comportamiento y en cómo responden a situaciones sociales.

Impacto en la salud mental: El uso problemático de redes sociales se ha asociado con menores niveles de autoestima y mayores niveles de depresión, ansiedad y sensación de soledad.

Estos cambios pueden tener consecuencias a largo plazo en el desarrollo neuronal y conductual de los niños y adolescentes. Es crucial que los padres y cuidadores estén atentos al uso de las redes sociales y fomenten un equilibrio saludable entre el tiempo en línea y las interacciones cara a cara.

¿De qué manera Internet se relaciona con el comportamiento suicida de los adolescentes?

En un estudio realizado por la Sociedad Colombiana de Pediatría (S.C.P), menciona que el suicidio es la segunda causa de muerte en la población mundial de 10 a 24 años, lo que representa 100,000 fallecimientos adolescentes al año por este motivo. El suicidio es un comportamiento complejo que se construye en el tiempo y depende de múltiples factores biológicos, familiares y sociales, entre otros.

El uso patológico de Internet frente al comportamiento suicida de los adolescentes presenta señales que contribuyen a conductas autolesivas, incluyendo factores de depresión, ansiedad, trastorno de conducta y déficit de atención, trastorno obsesivo-compulsivo, abuso del alcohol, estrés, trastornos del sueño, hiperactividad, y trastornos alimenticios. Los jóvenes vulnerables al comportamiento suicida buscan información relacionada con el suicidio en Internet. No solo acceden a sitios que brindan información relacionada con métodos y formas para realizar este comportamiento, sino que también buscan ayuda, apoyo y orientación frente al sufrimiento que experimentan, derivado de los pensamientos suicidas, la tristeza, soledad y ansiedad. Por tanto, siendo los adolescentes la población más vulnerable, son más propensos a ser influenciados por contenidos mal intencionados en las redes sociales, a presentar más comportamientos suicidas en comparación con adultos, ya que se encuentran en pleno desarrollo de la personalidad.

Existen nuevas formas de violencia a través de la Web por su estructura tan libre y de poco control y esto permite nuevas formas de intimidación y violencia. Con la masificación de las redes digitales, la vida social para muchos jóvenes ha pasado de ser una relación tradicional basada en el contacto físico, cara a cara, a convertirse en una relación virtual que ofrece múltiples posibilidades difícilmente factibles en el mundo offline. El ciberbullying se ha reportado como un factor detonante del comportamiento suicida para adolescentes vulnerables.

Otro de los problemas más comunes en esta nueva era, es el bullying, que se define como el comportamiento agresivo, intencional y repetitivo que involucra una relación de abuso. El tipo de intimidación puede ser físico, verbal, social o mediante rumores. Más recientemente el ciberbullying o ciberacoso hace referencia a los típicos comportamientos de intimidación a través de medios electrónicos, como e-mail, teléfonos celulares, mensajes de texto y sitios de Internet, videojuegos, etc., en donde se ridiculiza, insulta o excluye socialmente a alguien.

Los adolescentes con adicción a las redes sociales sufren un síndrome de abstinencia cuando no tienen acceso a ellas, y éste se caracteriza por problemas de concentración y atención, aburrimiento, insomnio e irritabilidad. El papel de los padres de familia es importante tanto para prevenir como para resolver la adicción a las redes sociales.

"¡Papá, no quiero ser ingeniero, quiero ser influencer!"

Generación X, Y, Z. Formas diferentes de ver el mundo.

En la sociedad contemporánea, las generaciones X, Y y Z coexisten y se enfrentan a un mundo en constante cambio, cada una con perspectivas y valores únicos que reflejan sus experiencias y contextos históricos. La Generación X, nacida entre 1965 y 1980, creció en una época de transición tecnológica y económica, desarrollando una mentalidad pragmática y resiliente. La Generación Y, también conocida como Millennials, nacida entre 1981 y 1996, se caracteriza por su adaptabilidad y familiaridad con la tecnología digital. Por último, la Generación Z, nacida a partir de 1997, ha sido testigo de un mundo hiperconectado desde su infancia, lo que ha moldeado su visión global y su enfoque.

Cada una de estas generaciones aporta una perspectiva distinta sobre el trabajo, la tecnología, las relaciones y los desafíos globales. Mientras que la Generación X tiende a valorar la estabilidad y la independencia, los Millennials buscan un equilibrio entre la vida laboral y personal, y la Generación Z se enfoca en la autenticidad y el impacto social. Estas diferencias no solo enriquecen el tejido social, sino que también presentan oportunidades y desafíos únicos en la convivencia y colaboración intergeneracional.

En la era digital contemporánea, las aspiraciones profesionales de las generaciones emergentes, X, Y y Z, están marcadas por nuevas y variadas oportunidades que anteriormente no existían. Una de las tendencias más prominentes es el surgimiento del fenómeno de los influencers, quienes inciden poderosamente a través de plataformas digitales. Es importante alertar y aconsejar sobre las implicaciones de este cambio de paradigma en las elecciones profesionales de los jóvenes.

Es comprensible que los jóvenes se sientan atraídos por la posibilidad de convertirse en influencers debido a la aparente facilidad con la que se puede alcanzar la fama y el éxito material. Sin embargo, es crucial advertir que ser influencer conlleva riesgos y desafíos significativos que no siempre son evidentes a primera vista por ejemplo:

  • Inestabilidad y efimeridad: La popularidad en las redes sociales puede ser fugaz y altamente volátil. Lo que hoy es tendencia, puede quedar obsoleto rápidamente, dejando a los influencers en situación de incertidumbre respecto a su futuro.
  • Presión y expectativas: Convertirse en influencer implica una presión constante por mantener y aumentar la base de seguidores, lo cual puede ser estresante y agotador emocionalmente.
  • Sostenibilidad y profesionalismo: Aunque pueda parecer lo contrario, ser influencer requiere una estrategia profesional sólida. Desde la gestión de contenidos hasta las colaboraciones con marcas, es fundamental un enfoque disciplinado y ético para mantener la integridad personal y profesional.

Es preocupante que actualmente muchos jóvenes consideren no estudiar una carrera profesional y opten por aspirar únicamente a convertirse en influencers basándose en premios y reconocimientos en redes sociales. Esto puede ser perjudicial debido a ciertos factores:

  • Falta de formación y desarrollo profesional. Una carrera profesional no solo proporciona conocimientos técnicos y habilidades prácticas, sino que también fomenta el desarrollo intelectual, la disciplina y la capacidad de análisis crítico. Estos aspectos son fundamentales para tener éxito a largo plazo en cualquier campo, incluidos los medios digitales.
  • Dependencia de la popularidad y la fama efímera. Convertirse en influencer puede parecer atractivo debido a la fama y atención inmediata que se puede obtener en las redes sociales. Sin embargo, la popularidad en estas plataformas puede ser volátil y efímera, dejando a los influencers vulnerables a cambios repentinos en las tendencias y en los algoritmos de las plataformas.
  • Contenido problemático y falta de ética profesional. Muchos influencers se centran en contenidos superficiales, sensacionalista o incluso inapropiados para ganar seguidores "likes" rápidamente. Esto puede llevar a la promoción de comportamientos o valores negativos entre los jóvenes, como la obsesión por la imagen, el materialismo o la falta de respeto por la privacidad y la ética.
  • Falta de diversificación y adaptabilidad. Dependiendo exclusivamente de una carrera como influencer puede limitar las oportunidades futuras si las plataformas cambian o pierden relevancia. Es importante tener habilidades transferibles y diversificar las opciones profesionales para adaptarse a cambios en el mercado laboral.
  • Impacto en la salud mental y bienestar. La presión constante por mantenerse relevante y aumentar el número de seguidores puede ser abrumadora y afectar negativamente la salud mental de los jóvenes. La comparación constante con otros influencers también puede generar ansiedad y baja autoestima.

La figura del influencer está adquiriendo presencia y protagonismo a medida que el uso y diversidad de las redes sociales ha ido creciendo en los últimos años. Estas "celebridades" han pasado de ser referencias de estilo a ídolos de masas con un poder de influencia similar al de las estrellas del rock, del cine o los medios de comunicación. Su actividad está dando pie a nuevos modelos de negocio que han modificado el sector publicitario o empresarial y están empezando a infiltrarse en el sector de la cultura y el entretenimiento.

En redes sociales como en la vida real, no todo lo que brilla es oro. Hoy en día, el mundo de la tecnología ha revolucionado las dinámicas de cómo las personas actúan tanto dentro y fuera de las plataformas digitales. Por consiguiente, es relevante reflexionar sobre cómo están siendo utilizadas estas herramientas digitales por parte de los usuarios, los influenciadores, las empresas u organizaciones.

¿Qué es un influencer? Los Influencer o influenciadores son líderes de opinión, que, en la actualidad, tienen un papel importante en la toma decisiones de las nuevas generaciones, pues es una figura que muchas personas sienten cercana y se identifican, con el contenido y la información que éstos comparten.

El papel del influenciador dentro de las redes sociales ha cambiado, debido a la globalización y el mercadeo digital. Convirtiendo así, a estas personas en los nuevos modelos a seguir y lideres de opinión. Sin embargo, estas nuevas dinámicas han causado que las generaciones más jóvenes tengan una ambición distinta a la que tenían nuestros padres o abuelos cuando tenían 15 o 17 años. En la actualidad los jóvenes tienen la necesidad de conseguir un número significativo de seguidores, me gusta y comentarios positivos acerca del contenido publicado en sus perfiles.

Se debe reflexionar acerca de los métodos que usan los influenciadores para llegar a tener un número de seguidores relativamente significativo ya que, en muchos casos se encuentran irregularidades en sus contenidos, que pueden resultar dañinos para la sociedad y las organizaciones esto puede explicarse por la necesidad de los seres humanos en aparentar algo que no son, refugiándose en engaños y mentiras para conservar una buena reputación y un buen nombre dentro de la sociedad; acostumbrándose a vivir disfrazados, ocultándose detrás de las pantallas y pretender ser algo que no son y que probablemente es imposible de alcanzar.

Los influenciadores son personajes que están presentes en la vida de muchas personas a través de las redes sociales, por lo que resulta importante analizar su comportamiento para determinar y demostrar si verdaderamente son personas que transmiten un mensaje positivo y un contenido real, basado en generar una conciencia recta frente a algunas temáticas, y no personas cuya única motivación puede ser el dinero y la fama, convirtiéndolos en falsos influencers.

¿No sabes cómo vestirte para ir a una fiesta? ve a YouTube y busca un tutorial de "Outfits para fiestas de noche". ¿Quieres salir a comer, pero no sabes a dónde ir? ve a Instagram y mira las recomendaciones de alguna de miles de cuentas de comida que hay y elije el restaurante basándote en la foto que más te abra el apetito pues la comida entra primero por los ojos. ¿Quieres volver a ponerte en contacto con ese compañero que tuviste en el colegio? ve a Facebook, agrégalo y ve todo de él, si se casó, si tiene hijos, a que se dedica, como pinta su vida…

Las redes sociales han revolucionado la forma en que vivimos, pues éstas responden a cualquier inquietud o necesidad que se nos presente en donde sea que estemos, de nuestro día a día. En el pasado eras lo que tenías, ahora eres lo que compartes, Godfried Boogaard.

La falta de regulación a la publicidad digital ha provocado que las marcas e influencers aprovechen los huecos legales para generar ingresos sin pensar en la transparencia del contenido que reciben las audiencias. ponen a prueba las leyes mundiales.

Situación generacional

Mucho se ha escrito sobre las diferencias generacionales y sobre la manera de catalogar a la población en función del año de nacimiento. En la sociedad actual conviven cuatro generaciones:

  • Baby Boomers (nacidos entre 1956/1964)
  • Generación X (1965/1980)
  • Generación Y o millennials (1981/1994)
  • Generación Z (1995 en adelante)

Todas ellas configuran el panorama social y cultural de nuestros dias y comparten espacios, obligaciones y responsabilidades, pero viven y trabajan de manera diferente.

La juventud actual o millennials, es una generación definida por el medio que los vio nacer: internet. Ese medio, que para unos puede ser un canal, una herramienta, un bien público o un privilegio, es para los y las millennials su hábitat natural.

En este nuevo territorio son sus habitantes los que deciden qué es bueno, malo, 'cool', 'chido', y qué no, sin buscar la aprobación ni autoridad, de ningún moderador o institución, que no se lo haya ganado de la manera que se gana el respeto y la atención en Internet: con el poder de la influencia.

Así surge un nuevo modelo de estrella mediática que no es (o al menos no parece necesitar serlo) intérprete, músico, político ni artista, diseñador, publicista, comunicólogo, pero utiliza todas las herramientas que éstos usan y alguna más, adaptándolas astutamente a su entorno. Son nativos digitales, creadores de contenido, 'tuiteros', 'instagramers', 'gamers' y un sinfín de anglicismos más que definen un nuevo modelo de fama: influencer digital.

El salto generacional se hace evidente en lo que respecta al manejo de las nuevas tecnologías. Así, los nativos digitales presentan algunos rasgos diferentes a los inmigrantes digitales. Son, en primer lugar, tremendamente impacientes. Habituados al uso de herramientas instantáneas (Google, Wikipedia, redes sociales, WhatsApp, etc.), esperan inmediatez en la respuesta hacia una queja o solicitud de información. Al mismo tiempo, esperan recibir de las instituciones un trato humano, entendiendo como tal una respuesta adecuada a sus necesidades y en un tono informal pero efectiva. No es cierto que no sean fieles a las marcas; lo son, siempre y cuando la experiencia de compra demuestre estar a la altura. Exigen, en otras palabras, reciprocidad a su lealtad.

La misma reciprocidad la exigen en el entorno de trabajo. Las Generaciones Y y Z no comparten las formalidades empresariales, ni están dispuestos a pasar en la oficina más horas de las necesarias. En cambio, valoran la flexibilidad de horarios y la capacidad para conciliar, así como la posibilidad de tomar sus propias decisiones. Para los millennials, un empleo no es una simple forma de vida, sino un lugar en el que pueden desarrollarse como profesionales y como personas. Por eso, una compañía no solo debe ofrecerles una determinada proyección sino, fundamentalmente, contar con valores con los que se puedan sentir identificados. Los jóvenes quieren hacer propios los valores y cultura de la empresa para la que trabajen.

Este tipo de exigencias chocan en muchas organizaciones. Sin embargo, no debemos olvidar que las Generaciones Y y Z representan ya un porcentaje considerable de la sociedad. Para 2025, compondrán el 75 por ciento de las plantillas de las empresas, según Deloitte. Asimismo, el mayor compromiso social de los jóvenes repercutirá favorablemente en la sociedad y el medio ambiente, y obligará a las empresas que deseen atraer el mejor talento a situar un bien común como su prioridad, al mismo nivel que la rentabilidad financiera.

Por supuesto, las características recién mencionadas representan generalizaciones. No es una cuestión de edad sino de curiosidad, de actitud, opina Ignacio Villoch, experto en innovación.

En la actualidad tenemos un gran problema que nadie visualiza a futuro, ¿Cuál es la profesión deseada de los jóvenes? No, no es ser médico, policía, abogado, ingeniero, diseñador, biólogo, periodista, bombero o futbolista. El mundo digital ha desplazado todo eso y ahora lo que quieren es ser influencers, es decir, creadores de contenidos en la web, un tercio de los jóvenes de entre 12 y 29 años. Así lo indica la investigación publicada en 2022 Consumir, crear, jugar. Panorámica del ocio digital de la juventud.

El vivir inmerso en un ecosistema tecnológico múltiple y diversificado que les ofrece opciones diversas y muy variadas. Muchos jóvenes se dedican, al solo hacer actividades de ocio digital y por desgracia pocos, muy pocos tienen contenido de valor.

Los influencers se han convertido en "verdaderas estrellas" a los que cada vez más jóvenes quieren parecerse y que contemplan la idea de dedicarse a la creación de contenidos como una salida laboral. Según un estudio del INJUVE, Jóvenes y generación 2020, en su revista número 108, uno de cada tres jóvenes mexicanos de 15 a 29 años afirma que le gustaría dedicarse a ello y uno de cada diez declara que está actualmente intentando hacerlo.

Las actividades más frecuentes se relacionan con la música, con el contenido audiovisual (videos, películas, series, etc.) y con las redes sociales, en especial Instagram (19-29 años) y TikTok (10 -18 años). El uso de los videojuegos es también muy recurrente.

El marketing de influencia es una de las formas más lucrativas de monetización para los creadores de contenido. Algunos de ellos obtienen ingresos de 6 cifras o más al asociarse con marcas para publicitar sus productos. Según Insider Intelligence, esta rama del marketing ha crecido al menos 14% en cada uno de los últimos tres años, y se prevé que el gasto del sector supere los 5,000 millones de dólares este año.

Los nanoinfluencers, los que tienen entre 1,000 y 10,000 seguidores, son los que más han aumentado el dinero que reciben. Si en 2015 recibían una media de 25 dólares por un post patrocinado, en 2021 el precio medio por post fue de 901 dólares, es decir, 36 veces más. Un influencer de rango medio (50,000-200,000 seguidores) gana promedio por publicación hasta: 3,087 dólares, mientras que una "Celebridad" (más de un millón de seguidores) gana por publicación hasta: 6.488 dólares. Las marcas son las que más pagan en YouTube, Instagram y TikTok.

Pero la realidad del influencer es incierta, es una estructura donde no todos ganan esas cifras y aun dedicándose de tiempo completo a sus redes, tienen bastante competencia. Los creadores dicen que se sienten estresados ​​independientemente de sus ingresos, pero los creadores de tiempo completo tienden a sentir más fatiga que los de medio tiempo.

¿Qué es la peligrosa red OnlyFans, cómo funciona y cómo ganar dinero en la red social más polémica? OnlyFans ha captado la atención de los medios de comunicación. Principalmente, las noticias relacionadas con la plataforma se han centrado en informar de las celebridades que han abierto una cuenta, así como en detallar cuánto ganan algunos famosos en OnlyFans. Y lo peor de todo, es que muchas jovencitas abren sus cuentas con la finalidad de generar ingresos.

Es una perversa red social solo para adultos en la que los creadores de contenido comparten imágenes y vídeos eróticos o sexuales de todos los tipos y categorías. Para ello, tienen que suscribirse al perfil y abonar una cuota mensual, cuyo importe es fijado por el creador dentro de unos márgenes mínimos y máximos que establece la plataforma.

En mayo de 2020, Tim Stokely, fundador y CEO de OnlyFans, aseguraba que la red social para adultos tenía más de 30 millones de usuarios registrados. Las suscripciones crecieron de manera increíble durante la pandemia: solo el mes de abril se incrementaron más de 50%, y el número de creadores también subió como la espuma hasta alcanzar en aquel momento los 450,000

Es por este motivo que los jóvenes de hoy prefieren realizar actividades de ocio, y contenido digital "divertido" o mostrar su vida, literalmente todo de su vida, que estudiar una carrera que dure 4 a 12 años y no percibir ningún salario hasta graduarse. Pocos quieren estudiar carreras claves en la historia en cualquier país. Mientras nuestros niños o jóvenes quieran ser ticktokers o influencers y no biólogos, físicos o matemáticos iremos por mal camino. Con estos números habría más maestros que alumnos.

Los jóvenes deben de estudiar y luchar por el progreso de su país, no aspirar a ser influencers de contenido vano y vacío. En una nota de El Sol de Nayarit, del día 3 de agosto del del 2022: "El sueño de muchos niños y adolescentes hoy en día es convertirse en influencer, de acuerdo con información dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). El instituto informó que en México existen 400 mil influencers, siendo el tercer país de América Latina con mayor cantidad de «generadores de contenido» para las redes sociales."

El estudio arrojó que el 87 por ciento de los influencers que existen hoy en día, apenas tiene un nivel básico de estudios."

Reitero, esto es para llamar la atención a nivel mundial y al mismo tiempo es preocupante, porque, como todos sabemos, son muchas las tentaciones y males que acechan a la juventud mexicana, como los problemas de drogadicción, sexo prematuro, problemas intrafamiliares, problemas económicos, la violencia. Y ahora, a pesar de los peligros de las redes sociales, nuestros jóvenes quieren ser influencers.

Mis 15 minutos de fama

El otro día, en una conversación con amigos, hablando de lo que decíamos que queríamos ser cuando grandes, recordamos el tipo de profesiones y carreras que para ese entonces resultaban muy llamativas en el sistema laboral. Un amigo expreso que quería ser médico cardiólogo, otro abogado y el ultimo ingeniero; entre risas nos preguntamos qué dirán los jóvenes ahora, a lo que uno de ellos respondió que lo último que había escuchado era que la profesión más nombrada por ellos era la de influencer o Youtuber.

Hoy en día, la tecnología mal intencionada está convirtiendo nuestra vida en una vitrina digital para aquellos interesados en verla de manera instantánea y orgánica a través de las pantallas de nuestros celulares, computadores, tabletas, entre otros.

En la era digital, la fama puede llegar en un abrir y cerrar de ojos, pero también puede desvanecerse con la misma rapidez. Se hablaba entre los artistas de los años 60s que, en el futuro, todos tendríamos nuestro momento de celebridad. Hoy en día, esta predicción se esta haciendo realidad, especialmente entre los jóvenes que sueñan con convertirse en influencers.

Imaginemos la historia de Laura, una joven de 19 años que, gracias a un video viral en TikTok, alcanzó la fama de la noche a la mañana. En el video, Laura mostraba un truco de maquillaje innovador que rápidamente captó la atención de millones de personas. En cuestión de horas, su cuenta pasó de tener unos pocos seguidores a más de un millón. Las marcas comenzaron a contactarla para colaboraciones y, por un breve periodo, Laura disfrutó de la atención y los beneficios que la fama trae consigo.

Sin embargo, en un mundo tan cambiante y saturado de contenido, la fama de Laura fue efímera. Apenas unas semanas después, un nuevo video viral de otro joven influencer capturó la atención del público, y Laura fue rápidamente olvidada. Su número de seguidores comenzó a disminuir y las ofertas de colaboración se detuvieron. Laura experimentó de primera mano lo fugaz que puede ser la fama en la era digital.

Un ejemplo real de este fenómeno es el caso de Alex, ex colaborador de la cadena Target. En 2014, Alex Lee, un cajero de Target, se convirtió en una sensación viral después de que una foto suya trabajando fuera compartida en Twitter. En cuestión de días, Alex acumuló cientos de miles de seguidores en las redes sociales y apareció en programas de televisión. Sin embargo, esta nueva fama no ha sido una experiencia completamente positiva. Le resulta difícil salir en público y ha sido insultado en las redes. Incluso ha recibido docenas de amenazas de muerte a través de mensajes privados. "Alex, de Target, te encontraré y mataré", tal como sale la nota de Infobae publicada en 2017.

Alex fue víctima de bullying y afirma q.ue esto le enseño a ignorar "el odio", reconoce que le ha resultado difícil últimamente. "La mayor preocupación para mí y mi esposa son la negatividad que vemos online. Nuestra preocupación es asegurarnos que esté a salvo", dijo su padre, Eric Fooks,alNew York Times en 2014.

Pero la gota que rebalsó el vaso fue una reciente filtración de información personal: los números de seguro social, cuentas de banco, y registros telefónicos fueron diseminados en internet. Por esto, la familia se puso en contacto con la policía, y los gerentes de Target han formado un plan en caso de emergencia.

Estos ejemplos ilustran cómo los "15 minutos de fama" pueden ser emocionantes, pero también fugaces e incluso riesgoso. En un mundo donde las tendencias cambian rápidamente y la atención del público es volátil, la fama puede ser tan efímera como un suspiro. Para muchos jóvenes que aspiran a ser influencers, es importante recordar que la verdadera satisfacción y éxito no siempre se encuentran en la fama momentánea, sino en la autenticidad, perseverancia a largo plazo y la trascendencia.

La Historia de Miguel:

En un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques frondosos, vivía un joven llamado Miguel. Desde pequeño, Miguel soñaba con ser astronauta. Pasaba horas mirando las estrellas desde el patio trasero de su casa y leyendo libros sobre el espacio y la exploración, Miguel estaba asombrado por la creación de Dios. Sus amigos y vecinos siempre se maravillaban con su entusiasmo y curiosidad.

Un día, Miguel escuchó a sus amigos hablando sobre las carreras del futuro. Algunos mencionaron ser influencers o YouTubers, mientras que otros hablaban de profesiones más tradicionales como médicos, abogados o ingenieros. Intrigado, Miguel participó en la conversación y compartió su sueño de ser astronauta. Algunos lo miraron con incredulidad, pensando que era solo una fantasía pasajera.

Pero Miguel no se desanimó. Decidió investigar más sobre lo que significaba ser astronauta. Descubrió que no solo se trataba de explorar el espacio, sino de contribuir al avance de la ciencia y la tecnología. Se dio cuenta de que los astronautas eran pioneros en la investigación espacial, llevando adelante experimentos que beneficiaban a toda la humanidad.

Con el tiempo, Miguel se convirtió en un estudiante destacado en ciencias y matemáticas. A medida que avanzaba en sus estudios, su pasión por la exploración espacial creció aún más. Se inscribió en programas extracurriculares, participó en competencias científicas y se conectó con profesionales del campo.

A medida que Miguel se preparaba para aplicar a la universidad, se encontró nuevamente con sus amigos. Algunos seguían decididos en seguir carreras tradicionales, mientras que otros habían cambiado sus aspiraciones varias veces, buscando la fama o el reconocimiento rápido en redes sociales.

Miguel les contó sobre su viaje y cómo su sueño de ser astronauta no era solo una meta personal, sino un compromiso con el avance científico y la exploración del universo. Les explicó que todas las carreras, ya sea la medicina, la ingeniería, el derecho o la exploración espacial, tenían un propósito profundo: contribuir al progreso y al bien de la humanidad.

Sus amigos reflexionaron sobre las palabras de Miguel. Comprendieron que las carreras no se trataban solo de buscar fama o dinero rápidos, sino de dedicarse a algo significativo, algo que trascendiera sus propias vidas. Miguel les recordó que la fama y la popularidad son efímeras, pero el impacto que uno puede tener en el mundo a través de su trabajo y dedicación puede perdurar mucho más.

Con el tiempo, Miguel logró su sueño y se convirtió en astronauta. No solo exploró el espacio, sino que también inspiró a muchos otros jóvenes a seguir carreras que no solo los satisficieran personalmente, sino que también contribuyeran al bien del prójimo y al bien común.

La historia de Miguel es un recordatorio poderoso para todos nosotros: que las carreras que elegimos no solo deben satisfacernos a nivel personal, sino que también deben contribuir al fin último, que es la verdadera trascendencia del hombre. No dejemos que las modas o las actividades pasajeras nos desvíen de buscar significado y propósito en nuestras vidas y carreras.

Conclusiones

SI QUITAS A DIOS DE TU VIDA, EL DEMONIO OCUPARÁ ESE VACÍO. Es crucial no solo dejarse llevar, sino involucrarse activamente. Debemos hablar y presionar a las empresas de tecnología para que introduzcan parámetros éticos y morales en el diseño de herramientas utilizadas diariamente por miles de millones de personas, incluyendo niños. La ingeniería informática, durante mucho tiempo vista como algo meramente técnico, aún no ha sido completamente entendida en cuanto a su impacto en la sociedad.

En el mundo digital, hay dos tipos de personas: los títeres y los titiriteros. Debemos mantenernos alertas para no caer en juegos perversos, proteger nuestra privacidad y el uso de nuestros datos, y utilizar la tecnología de manera prudente. Debemos orientarla hacia la creación de contenido positivo y de calidad, asegurándonos de que nuestro entorno comprenda claramente qué acciones son adecuadas y cuáles no lo son.

¿Por qué no utilizar la tecnología para el bien común? Se dice que todo lo que es para bien, poco ruido hace, y lo que está mal, en todos los rincones resuena… Así funciona el Internet y aún más con los jóvenes, Despertemos y entendamos que el mundo nos necesita. Si eres influencer,entiende la palabra y no seas parte de una moda pasajera; actúa de forma correcta. De nada sirven 100k de seguidores cuando estás en un aprieto; de nada sirven cuando necesitas una mano; de nada sirve tu influencia si no la das persona a persona, cara a cara, actuando con conciencia, moralidad y espiritualidad. No ayudes presumiendo; no hagas y des solo para que tu mano izquierda vea lo que hizo la derecha; eso no es verdadera ayuda; es una actitud falsa y narcisista.

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Con este trabajo no se pretende influir ni truncar las decisiones de nadie, se pretende crear conciencia y plantear el problema principal. Exhortar a que los jóvenes y adultos actuemos correctamente en beneficio de la sociedad. utilizar todos los medios a nuestro alcance como las redes sociales y herramientas con las que se cuenta para el bien común. Que el Internet sea una herramienta para que los jóvenes se preocupen por el estudio y el amor por la patria, por nuestra sociedad, que actúen y que sus acciones sean en beneficio de la nación y la familia. Por todo lo anterior, no cabe duda de que es crucial que la juventud luche por transformar nuestro país. Es imperativo que se priorice la educación y se garantice su acceso desde el preescolar hasta la universidad. Solo de esta manera, con una población educada, podremos abordar con éxito todos los desafíos que se nos presenten.

Es fundamental alentar a jóvenes y adultos a actuar de manera positiva en beneficio de la sociedad, utilizando todos los medios disponibles como las redes sociales y otras herramientas para el bien común. Estas plataformas deben motivar a los jóvenes a enfocarse en el estudio, en el amor por la patria y la sociedad; asi, sus acciones podrán contribuir al beneficio de las familias y la nación. Por tanto, es evidente que la juventud tiene un enorme reto que afrontar no solo nuestro país sino en el resto del mundo. Es esencial priorizar una educación de calidad que promueva la ética y los valores universales trascendentes, garantizando el acceso del niño o niña, desde el preescolar hasta la universidad. Solo de esta manera podremos abordar exitosamente todos los desafíos que enfrentamos.

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