REBELIÓN

PECADOS QUE CLAMAN AL CIELO


El editor y los analistas colaboradores de la publicación otorgan al lector el derecho de reproducir y propagar, total o parcialmente, el contenido de ésta, a través de cualquier medio físico o digital.


INTRODUCCIÓN

Cada tiempo de la historia tiene sus signos, y con algunos signos distintivos de nuestro tiempo parecen reanudarse con nueva fuerza los llamados "pecados que claman justicia al Cielo". Encontramos sus antecedentes en la antigua humanidad, pero al igual que muchos otros errores del pasado, estos pecados parecen acentuarse en el presente, como podemos atestiguarlo en lo cotidiano de nuestra vida.

Para explicar la naturaleza de su gravedad consideramos necesario comentar, primeramente, que el pecado mortal es una desobediencia voluntaria a la Ley de Dios. Separa al hombre de Dios y lo entrega al poder del demonio; abre delante de él la puerta del infierno eterno.

El pecado mortal pone al hombre en una situación anormal, destruye la gracia santificante y la Caridad, y expulsa al Espíritu Santo del alma. Si una persona muere en pecado mortal, sin confesión y sin sincero arrepentimiento, caerá en el infierno, que es un lugar de fuego y sufrimientos eternos.

Hay tres condiciones para que un pecado sea mortal: materia grave, plena advertencia de que el pecado es grave y pleno consentimiento. Esto significa que yo sé que lo malo que quiero hacer es algo grave, y aun así, quiero hacerlo o doy mi consentimiento. Por ejemplo, matar, fornicar o adulterar.

Entre los pecados mortales hay cuatro que son tan graves que Dios los castiga en este mundo, y éstos son los denominados "pecados que claman justicia al Cielo", materia de nuestro escrito.

Acerca de éstos dice el Catecismo Mayor del Papa San Pío X:

"Dícese que estos pecados claman al Cielo porque lo dice el Espíritu Santo, y porque su iniquidad es tan grave y manifiesta que provoca a Dios a castigarlos con los más severos castigos".

967. ¿Cuáles son los pecados que se dicen clamar al Cielo?

Los pecados que se dicen clamar al Cielo son cuatro:

1.° El homicidio voluntario (Gén. 4, 10).

(Dentro del cual se considera el Asesinato de Inocentes).

2.° El pecado impuro contra el orden de la naturaleza (Gén. 19, 4-9; 1 Cor. 6, 9-10).

(Dentro del cual se considera el pecado de Sodomía u Homosexualismo, conocido también como Pecado Nefando, es decir, del cual no se podía ni hablar por su grado de abominación).

3.° La opresión del pobre (Ex. 22, 22-23). (Especialmente de viudas y huérfanos).

4.° La defraudación o retención injusta del jornal del trabajador (Deut. 24, 15).

(Es decir, estafar a los trabajadores de sus salarios).

REBELIÓN

"¡Cómo has caído del Cielo,

Lucero, hijo de la Aurora!

¡Has sido abatido a la tierra

dominador de naciones!

Tú Decías en tu corazón:

"escalaré los Cielos; elevaré mi trono

por encima de las estrellas de Dios;

me sentaré en el monte

de la divina asamblea, en el confín

del septentrión escalaré las

cimas de las nubes,

seré semejante al Altísimo".

(Isaías14: 12-14)

La soberbia fue la simiente de la rebelión: Satanás y los suyos pretendieron asemejarse a Dios.

La soberbia es considerada como el más grave de los pecados (Sal. 18,14); "... De ella tomó princio toda perdición" (Tob. IV, 14).

Se puede concluir que Luzbel era un ángel muy hermoso que por soberbia se rebeló contra Dios, queriendo ser como Él, y fue expulsado de los Cielos como castigo, junto con el ejército de ángeles rebeldes que arrastró consigo y que, según la Escritura, fue la de una tercera parte de los ángeles; fue reconocido a partir de ese momento como un "ángel caído". Desde su rebelión fue denominado "Adversario" (en hebreo, "Satán"). Durante el tiempo que estaba siendo juzgado y confinado en el infierno (sin retorno al Cielo) era indispensable el Sacrificio de Cristo... "La Sangre del Cordero" determinó que "no tenga más lugar en el Cielo."

Desde entonces ha inoculado su venenoso pecado a través de la sugerencia para engañar al hombre con el mismo argumento de su caída: Seréis como Dios. La rebelión, como fundamento del mal y REBELIÓN del pecado, ha sido motivo de los males en la humanidad. Vivimos, sufrimos y trabajamos, para ganarnos el Cielo a pulso renunciando a las promesas, sugerencias, consejos y recomendaciones del maligno. ¡Pero cómo se sufre!... El mundo conspira contra nuestra decisión de ganar el Cielo. Las Escrituras nos previenen contra las asechanzas del demonio: Porque para nosotros la lucha no es contra sangre y carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los poderes mundanos de estas tinieblas, contra los espíritus de la maldad en lo celestial. Tomad, por eso, la armadura de Dios, para que podaís resistir en el día malo y, habiendo cumplido todo, estar en pie" (Ef. VI, 12-13).

La vida es básicamente una lucha. La vida no se ajusta al idealismo rosado de nuestros sueños, o al romántico vibrato de nuestras canciones. La explicación yace más al fondo de lo que pensamos. La razón de nuestra lucha en el momento que nos ha tocado vivir es la situación del mundo que conspira constantemente contra nuestra salvación; es la fuerza de las tinieblas que ha ensombrecido el panorama en esta vida y que compromete dramáticamente nuestro destino para la vida eterna.

Verdaderamente ocupamos la armadura de Dios contra estos ataques al espíritu, causados por Satanás y sus fuerzas maléficas. Esos maleficios pueden presentarse como una duda ante la fe, tentación ante el pecado, o sentir que no eres digno para ser portavoz de la Palabra de Dios o merecedor de su perdón y de su Gracia.

San Pablo a los Efesios, describe la armadura de Dios, como los instrumentos que entrega Dios a todos sus hijos para que se defiendan y logren vencer los ataques del maligno. Al colocarte esta armadura simbólica, te llenarás de firmeza y te mantendrás con fe firme ante los ataques.

Dios es el único que puede darte la fortaleza y el poder para conseguir la fuerza que proviene del Señor. Pero antes, es necesario buscarlo, conocerlo y aceptarlo.

Lo buscas a través de la oración, de la lectura y conocimiento de su palabra, cumpliendo sus mandamientos y aceptando su doctrina para recibirlo en tu corazón por la Fe. Si sigues estas instrucciones en cuanto al uso de la armadura, te mantendrás firme y alcanzarás la victoria, sin importar las mañas y mentiras de Satanás.

Para darte a conocer cuáles son las maniobras de Satanás que ponen en riesgo tu destino eterno, vamos a tomar como ejemplo los cuatro grandes pecados que "claman al Cielo", pero antes los exhorto a tomar en serio los consejos de San Pablo a los Efesios, para que todo hijo de Dios que esté dando la batalla por su salvación, por los demás hermanos nuestros y por nuestra Patria, se fortalezca con el gran Poder del Señor.

PECADOS QUE CLAMAN AL CIELO (El Origen)

Todo hombre anhela y busca ser feliz y vivir en paz. Vive en paz el que sigue el orden que Dios puso en el mundo y obedece las leyes que lo rigen para que todo funcione armoniosamente.

Los hombres que perdieron la fe (cristiana) católica piensan que tienen el poder y el derecho de trastocar las leyes de la naturaleza de las cosas; piensan que la realidad humana debe obedecer a sus ideas. Este Subjetivismo conduce a la sociedad a sufrir y enojarse por los errores cometidos.

La verdadera causa de nuestros problemas es el pecado; el remedio es seguir la Ley de Dios y respetar la Ley Natural.

El pecado es una desobediencia voluntaria, una rebelión a la Ley de Dios. El pecado cuando es mortal, separa al hombre de Dios y lo pone a expensas del demonio que abre frente a él la puerta del infierno y la condenación eterna, destruye la gracia y expulsa al Espíritu Santo del alma.

Y los que nunca han tenido la fe cristiana, se han volcado en creencias y costumbres que sólo exaltan el egoísmo, la envidia y la ambición por la fama, el poder y el dinero, y su único patrón de conducta es sin duda el "yo". Estos suelen ser rebeldes desde el principio y la maldad de sus pecados obscurecen su alma donde no puede penetrar un rayo de Fe y de Esperanza; son los mejores aliados de Satanás que se engolfa con estas almas que de gratis trabajan por difundir el reino del pecado en el mundo. Sin la ley de la Moral Cristiana navegan por el mundo haciendo el mal y satisfaciendo sus instintos sin ninguna traba espiritual que los contenga. De estas almas se ha valido el Diablo para crear su anti-iglesia, su anti-religión que combate satánicamente a la verdadera Iglesia de Cristo en la tierra.

Pero más terrible son los rebeldes que han abandonado la Iglesia y se unen a la iglesia de Satanás, porque conocen la monumental diferencia entre el bien y el mal.

Estos rebeldes a la Ley de Dios, que terminan siendo un despojo espiritual, rechazan conscientemente el Sacrificio del Cordero y declinan la Sangre Redentora de Jesucristo, aliándose con las fuerzas obscuras del demonio que domina desde las tinieblas los derroteros de las sociedades. Este dominio universal lo ejerce el demonio desde las logias masónicas o sociedades secretas anticristianas con el único fin de derrotar a Cristo.

En nuestro tiempo, estas sociedades secretas fueron acumulando rencores, surgiendo a la luz como una fuerza revolucionaria que tiene desde 1789 -casi 250 años- tratando de echar abajo el edificio monumental del Orden Romano, es decir, de la Civilización Cristiana Occidental.

Su violencia ha costado millones de víctimas entre las filas cristianas y han llegado a controlar las instituciones globales de las que nos dicen que son "la esperanza de la sociedad". Éstas, a pesar de ser tan poderosas porque sus planes estánfincados en el oro, el poder, el odio y la ambición, no han podido prevalecer contra la sobrenatural fortaleza de la Esposa del Cordero; primero, porque Cristo es Cabeza visible de la Iglesia y segundo, por la promesa evangélica de que "...Y las puertas del abismo no prevalecerán contra ella". Jesús se está refiriendo a su Iglesia de cuya sólida edificación también señaló palabras antes; Y Yo también te digo, tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia (Mat. XVI,18).

La palabra utilizada por Jesús se deriva del griego «ekklesia»: "asamblea" o conjunto de personas que han salido del mundo por el Evangelio de Cristo. En tiempos antiguos, las ciudades estaban rodeadas de murallas con grandes puertas, y en las batallas estas puertas eran lo primero que los enemigos atacaban. Esto se debió a que la protección de la ciudad se determinaba por la fuerza o el poder de sus puertas.

En el Nuevo Testamento, el Hades es el reino de los muertos y se representa como una ciudad muy fuerte y sus puertas representan su poder.

Jesús se refiere aquí a su muerte. Aunque Él iba a ser crucificado y sepultado, iba a resucitar de entre los muertos y edificar su Iglesia y aunque generación tras generación, algunos sucumbirían ante el poder de la muerte física, otras generaciones surgirían para que la Iglesia continuara y así seguiría hasta que haya cumplido su misión en la tierra y la Jerusalén Celeste sea elevada a los Cielos.

Satanás, por el contrario, tiene el poder de infundir miedo, y él siempre va a utilizar ese poder para tratar de destruir la Iglesia de Cristo.

Desde la muerte y resurrección de Jesús, los judíos de la ciudad Bíblica de Filadelfia en Asia Menor, odiaban y se oponían a los cristianos, pero Dios consideraba a los cristianos como el verdadero pueblo de Dios. Los judíos, a causa de su incredulidad en Jesús, renunciaron a ser el pueblo elegido; Esto es, no los hijos de la promesa son los considerados como descendencia (Rom. IX, 8).

PRIMER PECADO

ASESINATO DE INOCENTES

(El homicidio Voluntario)

Con esta cuestión entremos en el tema central de esta reflexión y se trata de exhibir o denunciar a las sociedades secretas por el impulso que han tomado las nuevas ideologías en el acontecer diario de la humanidad.

Lo que mantenía la armonía y la virtud entre los hombres a pesar de pecado, es la Doctrina Católica tan vituperada en la actualidad, además por la deserción de tantos católicos tibios que se han acomodado ante este nuevo paradigma social, político y espiritual de las naciones, provocando quizá el inicio del fin de la historia por el desprecio a la Ley de Dios.

Todos nos damos cuenta del fin de los tiempos, entendidos éstos como el haber llenado hasta el tope las Copas de la ira de Dios, y en esto tiene mucho que ver la ausencia de las virtudes desde el hogar hasta de las instituciones más caras de la sociedad.

Esta claudicación de los valores morales, ha impregnado todo el cuerpo social del mundo debido a los más graves pecados cometidos por él. Por eso se considera al mundo como la entidad que representa los "valores" de la modernidad.

El primero, de los pecados "que claman al Cielo", es la sangre de Abel, y el asesinato premeditado de inocentes Y dijo (Yahvé): "¿Qué has hecho? La voz de tu hermano está clamando a Mí desde la tierra" (Gen. IV, 10).

Jesucristo, hablando con los fariseos, identificó a Abel como el primero de los mártires justos por el camino de la vida de Dios. Y a aquéllos que más tarde instigarían su martirio, Jesucristo les dijo: "...Para que recaiga sobre vosotros toda la sangre inocente derramada sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo, hasta la sangre de Zacarías..." (Mat. XXIII, 35). La muerte de Abel debe recordarnos que el pueblo de Dios a menudo sufre y es perseguido por obedecer al Altísimo.

El quinto Sello del libro del Apocalipsis representa el martirio que algunos del pueblo de Dios enfrentarán en el tiempo del fin. Estos mártires claman: "¿Hasta cuándo, oh Señor, Santo y Veráz, tardas en juzgar y vengar nuestra sangre en los habitantes de la tierra?" (Apoc. VI,10).

Esta persecución futura de la Iglesia de Dios, instigada por Satanás, es lo que nos espera como consecuencia de la violencia ejercida por los gobernantes que se han entregado como instrumentos de Satanás para hacer la guerra al pueblo santo de Dios.

Este violento pecado, es de particular gravedad por ser fruto de la malicia y ser premeditado "a sangre fría".

Quitar la vida a un hermano nuestro por maldad, por consigna, por dinero o por odio a su forma de ser o de pensar... es a los ojos de Dios ¡abominable!... Imagínate el corazón de Dios que, como Padre, ama sin condiciones a sus creaturas, y el asesinato a sangre fría traiciona los planes de Dios en esta vida de aquel hijo que le ha sido arrebatado por abuso de la libertad, y su sangre clama al Cielo por venganza y justicia divinas. Todavía podríamos decir que Dios es ofendido por otro ser que amorosamente ha engendrado... Dios "sufre" las consecuencias de la rebelión del Arcángel al que había amado.

Esta historia no ha quedado en el pasado, es reeditada miles de veces en cada momento, en cada instante de todos los días. Satanás no descansa y sugiere, miente, engaña para que rompas el orden que Su Majestad ha impuesto.

¿Por qué digo analógicamente que Dios sufre, si es inmutable, inalterable, y sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre?... Porque soy imagen y semejanza de Dios, porque yo sufro como padre y me duele lo que a mis hijos les pasa, es sentido común. Aunque la razón me dice y la Teología lo admite y lo demuestra que Dios es inmutable, mi corazón me dice que Dios -en su Actividad Externa o relacionada con los hombres- sufrió por mi causa en la única Persona divina que ha tenido semejanza con mi carne; Jesús, ya sufrió en la pasión por las calamidades mías y de mis hermanos. El Señor es un ser divino que conoce el destino de todo lo que existe, y puede cambiarlo, pero Él nunca cambiará: "Mas Tú eres siempre el mismo, y tus años no tienen fin" (Sal. 102, 28).

Después del primer asesinato premeditado y a sangre fría, éstos se han multiplicado, y aunque muchos han sido sancionados, ha habido un sinnúmero de víctimas a través de los siglos que han roto el quinto Mandamiento, y en el mundo actual, lo han sentado en el banquillo de los acusados.

Hoy las leyes de los hombres, sujetas al beneplácito del poder, deciden por muchos la muerte de otros tantos; es así como el abuso del poder, al sancionar con la ley o detrás de la ley pero por encima de la Ley de Dios, se deshace de sus enemigos ideológicos o políticos por medio de los órganos de justicia del Estado o contratando matones para tal efecto, sólo por odio, envidia o simplemente por sacar un beneficio en metálico. Éste es el panorama en las llamadas "democracias de derecha o de izquierda" ... No toleran la oposición, la crítica y mucho menos la disensión. Estas víctimas, inocentes o no, claman al Cielo justicia.

En México, el crimen en el que las víctimas claman al Cielo es el sicariato como oficio, justificándose que al fin "sólo es un trabajo" sin importarles el dolor que causan por la tortura y la forma infame de eliminarlos. Es un golpe violento a las familias de las víctimas, ya sea por extorsión, venganza, mandato, secuestro o ajuste de cuentas. En nuestro medio, 40% del territorio nacional está bajo el control de estos grupos que operan con impunidad y la complacencia de la autoridad -si se le puede llamar legítima-. Todo el territorio nacional en México sufre este flagelo y sus víctimas se cuentan por cientos y miles. El nuevo Estado que nos gobierna tiene estrechos vínculos con la delincuencia organizada y miles de aspirantes están decididos a entrar a sus filas, al ver sus esperanzas frustradas por la difusión de la vida fácil y sus placeres. Han perdido el sentido de la honestidad y muchos han reconocido el dominio del demonio en sus vidas. Imagínese a Dios en el Cielo observando el libertinaje criminal y homicida en la tierra que escogió a la Santísima Virgen María, su Madre, para heredar a la nueva raza el maravilloso privilegio del misterio de su Maternidad y sembrar el amor a su Hijo en estas tierras regadas antes con la sangre de la idolatría. Parece como si fuéramos para atrás, a los tiempos de antes de la Conquista. El demonio ha vuelto a reinar en la tierra de María y aunque la lucha no está perdida, el crimen, la indiferencia de los cristianos y el avance de las ideologías anticristianas tienen de momento sometida a la nación. ¿Y qué decir del mundo? En todas las naciones hay asesinatos de inocentes y se ha diseminado el aborto.

Esta es una breve descripción de la labor del demonio que aconseja, insinúa y sugiere toda esta sarta de aberraciones en las mentes de los enemigos de Dios y que han dado un vuelco al mundo en nuestros días para imponer estas ideologías a las cuales han despojado de los principios éticos al Cristianismo universal.

Dentro de los pecados que "claman al Cielo" nos encontramos con el más nefando y peligroso que es el aborto contenido en el feminismo. Éste promueve la despoblación del planeta, en el que el aborto contribuye con la eliminación de la generación de remplazo que amenaza a las naciones para quedarse sin población original y sólo con los migrantes del sur.

El crimen del aborto se cuenta por cientos o quizás miles de millones, pero los gobiernos ocultan sus verdaderas estadísticas y la dimensión de este "genocidio", planeado y aplicado a los pueblos sometidos a programas totalitarios para el control de la población.

Estos millones de personas y esperanzas que no han visto la luz de la vida, por designio de sus gobiernos o la manipulación de las conciencias, es el más atroz y vergonzoso de los crímenes ya que se ejecuta con premeditación, alevosía y ventaja sobre seres... los más indefensos e inocentes. Ninguna guerra ha producido tantos muertos, y estos muertos representaban la esperanza de las naciones que, hoy por hoy, han bajado a índices de natalidad que no garantizan la supervivencia de las naciones.

Hay dos tragedias envueltas en esta atrocidad: la muerte de los bebés, que no tuvieron la oportunidad de conocer una familia ni la ventaja de vivir para ganarse el Cielo, y el remordimiento de las madres, que nunca dejarán de pensar en lo que pudo haber sido y no fue.

Esta hecatombe ha sido sancionada desde las Sagradas Escrituras y es considerado un homicidio: Tus ojos veían ya mis actos, y todos están escritos en tu libro; los días (míos) estaban determinados antes de que ninguno de ellos fuese. (Sal. 138 [139],16). Dios es el que ve lo que se gesta dentro del seno materno, y no que lo gestado vea a Dios.

El énfasis del texto es que el embrión tiene vida inteligente capaz de sentir la presencia de Dios y capaz de comunicarse con Él. "Así como no sabes cuál es el camino del viento, ni cómo (se forman) los huesos en el seno de la madre, así tampoco conoces la obra de Dios quien hace todas las cosas" (Ecl. XI, 5). No cabe duda: es un homicidio cortar la vida de una criatura, ya sea el primer día, o al día siguiente de su concepción, enfatizando, sobre todo, que a sus 28 días de existencia tiene su corazón latiendo. ¡El aborto es un homicidio!

En el debate sobre el aborto no se ponen de acuerdo en definir cuándo se considera una persona al gestarse en la mujer. A los Legisladores católicos es bueno recordarles que incluso a Jesús, en el vientre de María, se le llama Ser... "...Por eso el santo Ser que nacerá será llamado hijo de Dios" (Luc. I, 35). La cuestión del aborto es un tema que, además de moral, es científico porque el nuevo ser tiene una individualidad genética distinta a la de su madre; y también es espiritual, porque Dios le dio un alma en el momento mismo de su concepción.

Ellos promueven una moral sin Dios para justificar el aborto por causa de una violación o de malformaciones en el feto; finalmente lo que buscan es que la mujer tenga libertad para deshacerse de su hijo cuando quiera. Así como se busca el disponer de libertad para tener relaciones sexuales sin el "estigma" del matrimonio, del mismo modo se busca practicar el aborto sin el estigma del pecado. El aborto es definitivamente una práctica de pueblos paganos que se deshacían de sus hijos quemándolos a sus dioses: Construyeron los lugares altos de Tófet, en el valle del hijo de Hinnom para quemar a sus hijos y sus hijas en el fuego, cosa que Yo no mandé ni me pasó por el pensamiento (Jer. VII, 31). Este monstruoso crimen es el más extendido en el mundo. ¡Y prefieren denunciar el maltrato a los animales que el homicidio premeditado de los no nacidos...! ¡Son pecados que claman al Cielo!

Todavía hay un pecado de crimen premeditado escalofriante... y es el genocidio, que es el exterminio o aniquilación sistemática y deliberada que consiste en cometer actos orientados a destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Pero al que me refiero no es a un grupo en particular, hoy ¡es un exterminio a nivel global! Se trata del recorte poblacional ideado y concebido por la Élite financiera a través de la ONU y los Foros Internacionales que cultivan el Socialismo a nivel iberoamericano, para aplicarlo a todos estos países contenidos en el Tercer Mundo o economías emergentes y naciones de África.

El plan no es nuevo y viene implementándose desde hace 45 años. Da inicio con el "Memorándum 200", redactado por Henry Kissinger y es un estudio de Seguridad Nacional para frenar el crecimiento de la población mundial para garantizar la seguridad de los EEUU y sus intereses de ultramar. Éste se adoptó como política de Estado en EEUU por el Presidente Gerald Ford y desclasificado en 1990. En este documento llegaban a la conclusión de que ningún país había reducido su crecimiento poblacional sin recurrir al aborto. Los Estados Unidos consideraron perjudicial el crecimiento sociopolítico y económico de esos países y, que a la vez, ponen en riesgo los intereses nacionales de EE. UU., ya que "El Estado Profundo de los EE. UU. requerirá grandes y crecientes cantidades de minerales del extranjero", y el exceso de población en los países proveedores de estos insumos, ponen en riesgo su obtención por el exceso de explotación, si el país en cuestión está "sobrepoblado".

En pocas palabras, consideraban que los recursos naturales deben garantizarse para una Élite privilegiada de los EE UU y han extendido sus pretensiones a nivel global. Es eso por lo que esta reducida Élite ha planeado recortar la población de las naciones, a través del aborto y todos los medios a la mano para lograrlo, y han echado mano de un plan global de reducción de población realmente satánico, que lesiona la libertad de los hijos de Dios.

Este plan ha sido elaborado desde entonces y buscaron una alternativa biológica para "disminuir la población" que estorba a sus intereses. Esta nueva alternativa se dio por la investigación y manipulación de los virus, que han diseminado alrededor del mundo para cometer este hiper-genocidio. El Covid-19, fue procesado en un laboratorio de la ciudad de Wuhan, en China, invesigación financiada por el mismísimo Doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los EEUU, a través de una subvención a EcoHealth Alliance. Por su parte, la Alianza GAVI, asociación mundial entre el sector público y privado con sede en Ginebra, reúne a los gobiernos de países en desarrollo, donantes a la OMS, a la UNICEF, al BM, a la Industria Farmacéutica de países industrializados, a agencias técnicas de investigación y a "filántropos privados", para coordinar la producción de vacunas a nivel global con la colaboración del G-20, y según ellos así reducir la mortalidad infantil de los niños menores de 5 años.

Todo este gigantesco esfuerzo científico, político, económico, se redireccionó para diseminar el Covid-19 y elaborar "vacunas" para reforzar la "despoblación del planeta" que como vemos, empieza a sentir efectos para sus planes, ya que el contagio a través del virus y las vacunas están iniciando "la despoblación" del planeta, bajo un clima de miedo y terror.

Sus planes para la próxima Revolución Industrial, ya se anunció en Davos 2021. La planta industrial actual estorba sus planes y se han propuesto desmantelarla a través de las crisis económicas por el confinamiento. Ya tienen preparada en la Cuarta Revolución Industrial la base tecnológica para reemplazar a la actual cuyo común denominador es la Inteligencia Artificial (IA) y los Robots.

En este demencial proyecto de despoblación, nadie está seguro (sólo la Élite). Los primeros serán las masas de gente vacunada, sobre todos los pobres, porque la "ayuda" de los países ricos está en marcha. El futuro inmediato está cubierto de nubarrones y esperamos - sin desearlo- una muerte masiva de vacunados en los próximos años, producto de este infernal proyecto.

A pesar de los gritos de alerta de profesionales de la Salud independientes y conscientes del riesgo para la población mundial, el genocidio está en marcha, bajo el apoyo y la complacencia de los gobiernos comprometidos con los organismos internacionales. La ambición, el compromiso sectario a las logias, su falta del más mínimo escrúpulo y la falta de fe en Dios y en su Iglesia, han provocado esta futura tragedia, la peor en la historia de la humanidad por sus dimensiones.

¡Estos crímenes son de lesa humanidad!

En estas páginas hemos descrito un panorama aterrador del futuro inmediato de la humanidad y denunciamos ante Dios y ante los hombres estos terribles pecados que ¡claman al Cielo!

SEGUNDO PECADO

HOMOSEXUALISMO O SODOMÍA

(El Pecado Impuro Contra el Orden de la Naturaleza)

Otro pecado que clama al Cielo es sin duda la Sodomía. Ésta toma su nombre, según la Biblia, de Sodoma, que junto a Gomorra, fueron dos ciudades destruidas por Dios con fuego y azufre caídos del cielo, por sus pecados. En realidad, no fueron sólo dos ciudades, sino cinco ciudades-estado del Valle de Sidim, en el mar Muerto: Sodoma, Gomorra, Admá, Zebolim y Bella.

Sodoma, en hebreo moderno «Sodom», era una ciudad que, según el Antiguo Testamento significa: tristeza, angustia o arrepentimiento.

Lot y su pueblo fueron hechos prisioneros y llevados a Dan, donde fueron rescatados por su tío Abraham y sus aliados. Lot regresó a Sodoma que ya tenía fama de gente perversa.

En el capítulo 18 del Génesis, Dios reveló a Abraham que destruiría Sodoma porque su pecado era abominable.

Según continúa el capítulo 19 del Génesis, Dios envió a dos ángeles a Sodoma para rescatar a Lot; los ángeles eran de hermosa apariencia y llamaron la atención de los habitantes de Sodoma. Al verlos, Lot los invitó e insistió en que pasaran la noche en su casa. Pero antes de que se fueran a dormir, los sodomitas cercaron la casa y exigieron que se les entregara a los invitados para abusar de ellos. Lot se negó e intentaron romper la puerta, pero los ángeles cegaron a los asaltantes y dejaron a Lot que sacara a su familia de la ciudad; éste avisó a sus yernos, pero creyeron que bromeaba.

Lot se marchó solo con su esposa y sus hijas. Los ángeles, antes de retirarse instruyeron a Lot que pasara lo que pasara, no se volviesen a mirar atrás. Una vez que los ángeles hubieron sacado a la familia de Lot, Dios envió una lluvia de fuego y azufre que incineró completamente la ciudad con sus habitantes, así como otras cuatro ciudades de la llanura.

¿Cuál fue el "nefando" pecado en el que cayeron estas cinco ciudades que merecieron la destrucción total de sus habitantes? Según los estudiosos de las Sagradas Escrituras el pecado de Sodoma y las otras cuatro ciudades fue la llamada "sodomía" que, en su significado contemporáneo, se refiere a las prácticas sexuales diferentes al coito vaginal, es decir, no dirigido a la reproducción, sin importar el sexo de las personas involucradas, incluyendo la zoofilia y la homosexualidad.

La Moral Cristiana siempre ha considerado la Sodomía como pecado por quebrantar el sexto Mandamiento de la Ley de Dios. Y en todos los países de costumbres cristianas la Sodomía se decretó como delito.

El "Pecado de Sodomía", se encuentra por primera vez en un documento de San Agustín, en el siglo IV. El emperador cristiano del Imperio Romano de Oriente, Justiniano y su esposa Teodora, prohibieron los "actos contra natura" y fueron severamente castigados. La palabra "Sodomía" aparece hasta el siglo VI en el Liver Gommorrhianus del monje benedictino Petrus Damíanus, e incluía todas aquellas actividades sexuales que no servían para la reproducción humana.

Debido a que la palabra para denominar la homosexualidad no apareció hasta el siglo XIX, se empleaba el término "sodomita" para denominar a los hombres que tenían relaciones sexuales con otros hombres.

A fines del siglo XVIII, la Revolución Francesa eliminó el delito de Sodomía del Código Penal de 1791, replicándose en países que lograron la independencia de España en los primeros años del siglo XIX al abolir la Inquisición.

Lo que nos importa, más que su repercusión social, es el daño espiritual que causa la práctica de este pecado, siendo un pecado tan infame a los ojos de Dios, y que casi impide el arrepentimiento y la conversión.

Quisimos brevemente exponer la gravedad de este pecado que clama al Cielo, por la promoción que hoy hacen de esta práctica la Ideología de Género, tan en boga en este nuestro siglo XXI, y que es patrocinado y fomentado por las sociedades secretas que se han impuesto "pervertir" al mundo cristiano con la difusión y promoción de esta perversa práctica.

La Ideología de Género "obliga" a los gobiernos "progresistas" -sobre todo de izquierda- a fomentar esta práctica, aduciendo la libertad del individuo y pone bajo la protección de los Estados dicha ideología. Ésta contempla que el género es una construcción social, e ignorando las diferencias biológicas de los sexos masculino y femenino, sostiene que el sexo es del género que tú lo percibes. También se han atrevido a ignorar la influencia de los padres y dejar esta percepción a los infantes a partir de la niñez.

La "Ideología de Género" se remonta a las dos cumbres de las Naciones Unidas donde se discutió y se aprobó la igualdad de género y los "derechos sexuales y reproductivos" de las mujeres: la Conferencia de 1994 sobre Población y Desarrollo, (El Cairo), y la Conferencia sobre la Mujer (Pekín) el año siguiente.

La Ideología de Género es sin duda el mal de nuestro tiempo... es un pecado que clama al Cielo. Es una cosmovisión elaborada por académicos y feministas radicales, que sostienen que el género no tiene nada que ver con las diferencias biológicas entre hombre y mujer, y que se puede elegir a voluntad. Es una ideología en una línea de pensamiento perverso que amenaza contagiar a los niños y alterar su identidad biológica, emocional, social y espiritual. Es una invención de las ideologías desarrolladas por un grupo de intelectualoides en los últimos 50 años... Esta perspectiva atenta contra los valores de la familia, contra la misión del hombre y la mujer, el marido y la esposa, el padre y la madre, que y reducen a solo una "construcción social" donde se diluyen las identidades produciendo un caos familiar y social.

Esta fantasía ideológica ha llegado al colmo de codificar más de 100 variantes del género, por lo que añadieron a las siglas del movimiento LGBTT, el signo de "más": LGBTT+.

Si se analizan con cordura estas prácticas, no son otra cosa que un triunfo más de Satanás que inspira y manipula la "moral social" a través de sus corifeos.

La ideología de género y el colectivo gay engloban todas las variantes; los homosexuales, los transgénero, con una bandera de libre orientación sexual distinta a la heterosexual y tiene como objetivo el matrimonio homosexual, la adopción, la despenalización de la homosexualidad, la igualdad sin ningún tipo de restricciones, igualdad en la edad de consentimiento sexual, acceso igualitario a las técnicas de reproducción asistida, reconocer la autodeterminación del género a las personas transgénero para acceder a la modificación legal de su identidad.

¿Por qué se considera la homosexualidad como un pecado que clama al Cielo?

Porque la doctrina de la Iglesia y las Cartas paulinas, nos afirman y confirman que el cuerpo humano es templo del Espíritu Santo. El Apóstol San Pablo, al hacer esta afirmación, nos recuerda el deber cristiano de santificar cuerpo y alma para que Dios habite en ella. "¿O no sabeis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual habeis recibido de Dios, y que ya no os perteneceis a vosotros. Porque fuisteis comprados por un precio (grande)..." (I Cor. VI, 19-20).

Y nos dice "¿No sabéis que los inicuos no heredarán el reino de Dios? No os hagais ilusiones. Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los que viven de rapiña, heredarán el reino de Dios" (I Cor. VI, 9-10).

Al hacer un recuento de esta severa afirmación ¿Quién podrá hoy heredar el reino de Dios?... Estos pecados que se mencionan son la calamidad de nuestros tiempos.

La Santa Iglesia con su sabiduría, siempre ha condenado el pecado, más no al pecador. A éste lo ha tratado con caridad y le ofrece las opciones de vida para salvar su alma. Una de ellas en el tema que tratamos es el de la Castidad.

Hay que tener en cuenta que la inclinación, no te debe llevar irremediablemente al pecado, o sea a la práctica homosexual.

La voluntad debe sobreponerse a la debilidad y así lo han manejado grupos como Courage Latino que se define como apostolado de la Iglesia para "reconvertir" a los homosexuales. Courage Latino orienta la homosexualidad por un camino hacia la Castidad, sin las amenazas del látigo. Afirman que la atracción al mismo sexo se puede cambiar mediante el camino y aliento a la práctica de la Castidad.

En su sitio oficial Courage Latino, establece que la homosexualidad es el resultado de diferentes "traumas" y vacíos con los que lidia la persona a lo largo de su vida. Con base a esa premisa, consideran que un homosexual ¡se hace, no nace!... y que, por lo tanto, sí tiene cura.

Las personas que logran sanar sus heridas con el apoyo psicológico y espiritual logran rescatar su masculinidad o femineidad, es decir, su naturaleza y el potencial heterosexual con el que nacieron.

Courage descarta que se trate de una asociación homofóbica o discriminatoria, y sus talleres y conferencias son para aquellas personas con una homosexualidad no deseada.

Lamentablemente, poco a poco han avanzado en la legalización global de la comunidad LGBTT y pretenden sentar en el banquillo de los acusados a la Iglesia Católica por estar en contra de estas resoluciones absurdas impuestas por organismos internacionales.

La Iglesia siempre ha considerado pecado la práctica homosexual y el Vaticano, ante la insistencia de los Obispos alemanes de bendecir estas uniones homosexuales, declaró: "No se puede bendecir al pecado".

Así que esperamos una avalancha de críticas, descalificaciones y sanciones para dejar a la Iglesia Católica fuera de la ley. Esto sería un triunfo importante sobre la Iglesia por parte de Satanás que ha fomentado estas prácticas, aprovechándose de la ignorancia, debilidad e irresponsabilidad de los cristianos.

Este panorama, desde el punto de vista humano, se ve obscuro y complicado, pero hay que considerar que la Iglesia Católica es una institución sobrenatural y que su cabeza es Cristo, que ha prometido que las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella.

El abandono de la fe y las malas prácticas religiosas han llevado al camino y al dominio del diablo rumbo al dominio del espíritu de los cristianos que han estado bombardeados del libertinaje durante décadas, pero es el momento de rescatar la Fe para plantearle al demonio una sólida barrera en defensa de nuestros valores cristianos. No se vale ignorar este llamado porque lo que está en juego es el bienestar espiritual de los católicos y sobre todo la salvación de su alma.

Nuestro tiempo en este mundo es breve y espinoso, no lo comprometamos por un segundo de alborozo que procura el placer. Que el mundo no se salga con la suya. ¡Defendamos al espíritu que trasciende la vida y rompamos las amarras del pecado para ser los hijos que quiere Dios en la eternidad!

TERCER PECADO

LA OPRESIÓN DEL POBRE

(Especialmente de Viudas y Huérfanos)

"Si no amamos a los pobres y hacemos todo lo posible para mejorar su suerte, iremos al infierno" (Arzobispo Chaput).

Este pecado que clama al Cielo es uno de los siete temas de la Doctrina Social Católica, una solución para los pobres y vulnerables. Los temas abarcados por ésta son tradicionalmente "programas sociales para los pobres y oprimidos, cuidado de huérfanos, cuidados de viudas y creación de una sociedad bien ordenada donde el menor de nosotros esté protegido y tenga capacidad de mejorar su propia condición.

"No maltratarás al extranjero, ni lo oprimirás, pues extranjero fuisteis vosotros en el país de Egipto. No afligireis a la viuda ni al huérfano. Si los afligiereis, clamarán a Mí, y Yo no dejaré de oír su clamor; y se encenderá mi ira, y os mataré a espada; y vuestras mujeres quedarán viudas y vuestros hijos, huérfanos. Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre que habita contigo; no serás con Él como usurero; no le exigirás interés" (Ex. XXII, 21-25).

Tal vez esta sentencia es muy dura de asimilar hasta para un católico regular de nuestro tiempo. Esta caridad para con los pobres se limita a dar un poco al que no tiene, y nos sentimos satisfechos de pagar los impuestos al Estado, al que hemos endosado el papel de protector de los pobres en una sociedad que ha dejado en las instituciones el papel de velar por ellos.

¡Ah...! ¡Si las cosas fueran como deben ser...! El abuso y la rapacidad de muchos funcionarios hacen que la ayuda social no llegue a su destino final y dichas instituciones se convierten en una carga social que engrosa los bolsillos de los que sí tienen.

Además, como en el caso de México, se corta la asistencia social especializada, servicios médicos, medicamentos, guarderías, asilos, ayudas a madres solteras, mujeres violentadas, en fin, una serie de aboliciones institucionales que han dejado al garete a los necesitados y asignan ayudas a segmentos de la población que sólo contribuyen a fomentar la flojera y los vicios.

Estas ayudas "políticas" más que sumar a resolver la necesidad, son de tinte electoral para garantizar el voto... También esta desviación de recursos sociales son un pecado que clama al Cielo. Debemos tomar en cuenta que todas estas iniciativas sociales se las arrebataron a la Iglesia Católica durante los gobiernos masónicos que nos han gobernado desde 1821 a la fecha y que han evitado desarrollar todo el potencial de la caridad cristiana.

La "caridad" masónica, entendida más bien como filantropía, sólo es un elemento más de control y enriquecimiento de la clase política que, aunque proclame a diestra y siniestra que "primero los pobres", son éstos los últimos que cuentan en el reparto de beneficios por parte del Estado.

A nivel global, un informe de 2018 del Grupo Banco Mundial afirma que 36% de las personas más pobres que recibió beneficios de una red de protección social salió de la pobreza extrema. El impacto de estas redes se mide sobre la base de datos de 79 países que gozan de estos beneficios. Todo este tinglado, resulta más económico para la Élite, que establecer un programa global para sacar a los países más pobres de su indigencia.

A los pobres, todo mundo "los quiere" y los quiere pobres porque es la mejor bandera política para la explotación de los mismos.

Juan Somavía, exdirector General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la Conferencia Internacional del Trabajo, celebrada en 2003, dijo que el compromiso de la OIT ha de llevar el trabajo decente a todas partes del mundo, bajo el lema: "El trabajo es el mejor medio para escapar de la pobreza". Esta declaración es la más realista que se ha promovido en favor de los pobres... pero ha quedado en el papel; el negocio es no fomentar salir de pobres, sino los pobres en sí mismos. En realidad, tiene mucha razón el viejo proverbio chino, atribuido a Confucio que dice: "Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida".

La solución siempre ha estado frente a los ojos: la herramienta para desenvolverse en forma productiva es procurar una posibilidad de ser y hacer mejor. Sí hay un camino para el desarrollo, es el sueño de que la Política Pública sea capaz de creerlo. El Estado debe garantizar a los ciudadanos la igualdad de oportunidades para estudiar, trabajar y acceder a la salud.

La "caridad" pública, entendida ésta como "ayudas sociales" no debe ser indiscriminada. El aforismo bíblico de San Pablo, se ha convertido en un lema social: "Si uno no quiere trabajar, tampoco coma" (II Tes. III,10).

La ayuda social sólo debe reservarse a disminuidos físicamente, viudas, huérfanos, y ancianos desamparados.

Como hemos dejado el desarrollo de los pueblos en manos de las políticas públicas, seguirá habiendo pobres... Pero la responsabilidad social del gobernante es mayúscula, ya que, teniendo la responsabilidad de enseñar a pescar, sigue regalando pescado para garantizar el apoyo electoral... Esta política para mantener la pobreza... ¡es un pecado que clama al Cielo!

Ante la perspectiva de la imposición global de la Cuarta Revolución Industrial por parte de la ONU, y el Foro Económico Mundial se avecinan cambios dramáticos en el contexto laboral. Las nuevas tecnologías de la Inteligencia Artificial (IA) y su aplicación en la automatización de las líneas de producción industrial (ROBÓTICA), amenazan seriamente la seguridad laboral de los trabajadores.

La solución por parte del Nuevo Orden Mundial (NOM), no es otra que el recorte poblacional para lidiar con la pobreza, ya que esta amenazará al 90% de la fuerza de trabajo de las naciones y la parte de la población que sobreviva a estos experimentos sociales-económicos, dependerá totalmente de la "Renta Universal", contemplada en la Agenda 2030 de Davos 2021.

Ahora más que nunca debemos encontrar soluciones para contener la pobreza radical que se avecina y debemos mirarla y evaluarla a través del prisma de la Doctrina Social de la Iglesia Católica.

CUARTO PECADO

RETENCIÓN INJUSTA DEL JORNAL

(Estafar a los Trabajadores de sus Salarios)

"No oprimas al jornalero pobre y menesteroso de entre tus hermanos, ni de entre los extranjeros que habitan en tu país dentro de tus ciudades. El mismo día le darás su salario, y no se ponga el sol sobre esta deuda, porque es un pobre y lo necesita; no sea que colme contra ti a Yahvé y tú te cargues con culpa... No tuerzas el derecho del extranjero ni del huérfano; ni tomes en prenda la ropa de la viuda" (Deut. XXIV,14-17).

Éste es un "pecado que clama al Cielo". La explotación laboral se define como recibir un pago inferior al trabajo que se realiza, lo que incluye desde pequeños abusos, hasta la explotación en las fábricas o talleres de trabajo-esclavo.

Los conocedores asemejan la esclavitud con la explotación laboral pues, en ambas, la intención principal es obtener un provecho económico del trabajo realizado por otras personas. La explotación laboral, más allá de ofrecer un mal salario y precarias condiciones de trabajo, también implica una serie de aspectos sociales, económicos, morales, físicos y mentales que afectan a los individuos, sin que las empresas ofrezcan la indemnización correspondiente.

Genera un tipo de dominación por parte de la empresa hacia el empleado, la cual se genera a partir de amenazas en la que el empleado queda vulnerable. Por ejemplo, si se trata de inmigrantes ilegales, es muy posible que se den casos de explotación y abuso por parte del empleador.

En el caso de explotación laboral en menores de edad, es una conducta social grave y un "pecado que clama al Cielo" por justicia. En este caso, los niños son obligados a trabajar y les quitan sus ingresos, además de realizar trabajos peligrosos, o que ponen en riesgo su salud.

En el mundo hay 218 millones de niños entre 5 y 17 años que están ocupados en la producción económica. Uno de cada cinco niños en África está en situación de trabajo infantil y la mayor concentración de este trabajo se produce en el sector de la agricultura (cultivo de algodón, café o caña) seguida de la industria minera. No hay que olvidar que detrás de cada número hay niños o niñas a quienes los han hecho perder su inocencia y que viven en situación de pobreza, y sus consecuencias afectarán su futuro desempeño.

La injusticia en el trabajo sí es un "pecado que clama al Cielo" y que Dios condenó severamente: "He aquí que ya clama el jornal sustraído por vosotros a los trabajadores que segaron vuestros campos, y el clamor de los segadores ha penetrado en los oídos del Señor de los ejércitos" (Sant. V, 4). Este problema, en el ámbito de la relación empleador-empleado, ha llevado a reformar el sistema de Justicia Laboral.

El constante cambio en este sector, la rotación y la volatilidad de los empleos han provocado un aumento de los conflictos laborales que se consideran críticos.

La restructuración de las plantas productivas, la industria y el campo están migrando hacía las nuevas tecnologías rumbo a la Globalización que está obligando a hacer ajustes y modificaciones en el mercado del trabajo.

El mercado laboral, inspirado por estas nuevas circunstancias, ha creado condiciones históricas totalmente distintas a las que estamos acostumbrados.

Los sistemas laborales se han transformado hacia un nuevo sistema laboral procesal, que proporciona certeza jurídica tanto a los trabajadores como a los patrones.

En México, y como parte de los compromisos del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), se realizaron cambios significativos en la legislación en materia laboral para hacerla más ágil, además de estar a cargo de Tribunales Laborales adscritos al Poder Judicial.

La prioridad del nuevo sistema de Justicia Laboral es la conciliación, ya que se pretende que al menos 60% de los conflictos que se den entre trabajador y empresas se resuelva inmediatamente en el Centro de Conciliación sin necesidad de llegar a juicio.

Esta nueva relación laboral es la consecuencia de la adaptación de la Doctrina Social de la Iglesia Católica contenida en las Encíclicas: Rerum Novarum (1891), Quadragésimo Anno (1931) y Mater y Magistra (1961), que han abogado por la reglamentación de las horas de trabajo, del trabajo femenino y de los menores.

También han condenado la fijación de un salario insuficiente, declarando un deber de estricta justicia del patrón, pagar al asalariado una remuneración que le permita vivir en condiciones humanas dignas.

El Derecho ha venido a regular las condiciones mínimas pasando el trabajador, de ser un esclavo en la antigüedad, a un sujeto con derechos y libertades en la actualidad, tan necesarios para la estabilidad social.

Aunque el Socialismo ha querido colgarse la medalla de los avances en Justicia Laboral; en la praxis actúa muy diferente cuando llega al poder.

La Justicia Laboral, en las empresas, ayuda no sólo para que los derechos de los empleados y empleadores se respeten, sino también para tener una mejor imagen.

El concepto de cumplimiento de las leyes en materia laboral para empleados y empleador datan de Confucio, Platón, y Aristóteles.

A grandes rasgos, las políticas emanadas de estos pensadores en materia laboral contemplan la relación del trabajo contra salario: dar a cada uno lo que merece de manera equitativa, ofrecer un ambiente de equilibrio y armonía, y cumplir con los requisitos de contratación y despido, estipulados en los contratos, respetar la edad mínima de los trabajadores antes de contratarlos o indemnizarlos conforme a la ley, vacaciones pagadas, seguridad social, y condiciones de higiene y seguridad laboral.

"El futuro del trabajo debe inspirarse en cuestiones de humanidad, justicia social y paz. De no ser así, nos dirigimos a un lugar sombrío... a un lugar peligroso", advirtió Guy Ryder, Director actual de la OIT.

Para 2030 deben crearse más de 600 millones de nuevos puestos de trabajo, sólo para mantener el ritmo del crecimiento de la población en edad laboral, que ascienda a 40 millones de personas por año. Además, existe la necesidad urgente de mejorar las condiciones para los 780 millones de mujeres y de hombres que trabajan pero que no ganan lo suficiente para que ellos y sus familias puedan salir de la pobreza.

"Nos enfrentamos al doble reto de reparar el daño causado por la crisis económica y social global y de crear empleos de calidad para decenas de millones de nuestros participantes en el mercado de trabajo cada año", agregó Guy Ryder.

Tener el sentido de Justicia Laboral, es tener presente el sentimiento y preocupación de la Iglesia Católica por la suerte de los trabajadores que en su mayoría, en Occidente, han sido bautizados y hermanados con Cristo. La Iglesia tiene un pie en la tierra y otro en el Cielo, es por lo que la suerte de los cristianos en este mundo le causa honda preocupación al igual que su suerte en la vida eterna, ya que tienen que trabajar y vivir para luego trascender a la Casa del Padre. De los vínculos con el pecado depende nuestra salvación. En el Evangelio San Mateo declara: Y Él le responderá: "En verdad, os digo: en cuanto habeis dejado de hacerlo a uno de éstos, los más pequeños, tampoco a Mí lo hicisteis...". El asunto es de importancia eterna cuando el pasaje concluye: "...Y éstos irán al suplicio eterno, más los justos a la eterno vida" (Mat. XXV, 45-46).

Estos pecados que claman venganza al Cielo también parecen afirmar que sucederá exactamente lo contrario si nuestra caridad hacia los pobres llora al Cielo en acción de gracias.

Si son gritos de venganza o de acción de gracias no sabemos... Pero los gritos se escucharán en el día del Juicio Universal.

NOS AMENAZAN MUY CERCA...

En nuestra sociedad, en la que actuamos más por atavismo que por convicción, nuestro Catolicismo quizá lo arrastramos como un fardo inoperante, pero sin bajarlo de los hombros. En relación con la Justicia Laboral, nos adherimos a lo que marca la Doctrina Social Católica, de la cual están impregnadas las autoridades que tienen decisión en este asunto. Nos pronunciamos (aunque quizá no lo advirtamos), a la Encíclica Rerum Novarum a favor de los grandes logros e influencias que ha tenido desde 1891.

Desde la óptica del trabajador y del empresario tenemos una larga cultura en este renglón y siempre será la Encíclica de León XIII el parteaguas sobre el tema.

Las notas discordantes en la visión de este asunto lo han dado los sindicatos o líderes obreros que, influidos por el infierno que representa el Comunismo o el Socialismo, dan la batalla revolucionaria para demoler el movimiento de Justicia Social inspirado en la Rerum Novarum y ha habido muchos países católicos iberoamericanos y de la esfera anglosajona que han enfrentado a los corifeos de Marx-Engels, para sostener los principios de la verdadera Justicia Social.

Sin embargo, la amenaza "Socialista" se cierne sobre estos países por la insistente denuncia de corrupción y explotación. Pero no nos engañemos. La solución socialista-globalista es despojar al trabajador y al obrero de la protección social que le otorga la Ley Laboral fincada en la Rerum Novarum, para finalmente entregarla al Estado. Ya conocemos a los dictadores del Socialismo que con su mirada totalitaria han despojado a sus pueblos de la iniciativa y propiedad privada.

El dinero público no existe; es la recolección de los impuestos de los que trabajan... Y si la nación entra en crisis es por la falta de capacidad empresarial del Estado, por abuso y corrupción. El Estado que no recauda, se acerca a galope al hambre y la escasez. El ejemplo más evidente en nuestro tiempo es el caso de Venezuela en la que Hugo Chávez adoptó el Socialismo y estatizó las empresas productivas. A pesar de ser el país con más reservas probadas de hidrocarburos en el mundo ahora mendigan un poco de petróleo; su población de clase media, empresarios y gente productiva, han emigrado por millones y el país se encuentra en el filo de la hambruna, después de recorrer un sangriento y doloroso camino hacia un Estado totalitario.

Un refrán popular dice: "Cuando veas las barbas de tus vecinos cortar, pon las tuyas a remojar"... Éste es el caso de México; con la Cuarta Transformación se inició el proceso de socialización de la nación, con el apoyo y complicidad del narcotráfico, al cual le han entregado ya 40% del territorio nacional; sus repetidores en el Congreso tienen una agenda socialista intensa y el conflicto contra la iniciativa privada ya es un hecho cotidiano. La Ley de Extinción de dominio se empieza a aplicar, pero todavía no llega al ciudadano común.

En fin, nuestro futuro a corto plazo es una carrera contra la socialización de México y ante tal perspectiva, los convocamos a la unidad para enfrentar este flagelo político que ya ha destruido a muchas naciones y a mantenernos firmes en la Fe y los Valores que hemos heredado del pasado y a evitar a toda costa la lucha de clases.

¡México, te quiero unido!

Los empresarios y trabajadores unidos por el trabajo, el bien personal y la armonía en general. Buscar en la unidad, la triple elevación de los pobres: la educativa, la económica y la espiritual con el apoyo incondicional de los unos a los otros. Recordando siempre que la función del Estado es garantizar la seguridad de la población, la paz social y la igualdad de oportunidades para todos.